Durante la dictadura militar alguien le comenta a Borges que el general Galtieri, presidente de la República en ese momento, ha confesado que una de sus mayores ambiciones es seguir el camino de Perón y parecerse a él.
-¡Caramba! -interrumpe Borges- es imposible imaginarse una aspiración más modesta'.
Borges firma ejemplares en una librería del Centro.
Un joven se acerca con Ficciones y le dice:
-”Maestro, usted es inmortal”. Borges le contesta:
-Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista.
En una entrevista, en Roma, un periodista trataba de poner en aprietos a Jorge Luis Borges.
Como no lo lograba, finalmente probó con algo que le pareció más provocativo:
-¿En su país todavía hay caníbales? - Ya no - contestó aquél -, nos los comimos a todos.
En Maipú y Tucumán, un grupo de adictos a Isabel Perón descubre a Borges y lo sigue unos metros, insultándolo.
Al ingresar en su casa, un periodista le pregunta cómo se siente.
-Medio desorientado - manifiesta -.
Se me acercó una mujer vociferando: ¡Inculto! ¡Ignorante!
El escritor argentino Héctor Bianciotti recuerda una de las tantas salidas elegantes de Borges, cuando le incomodaban los halagos de lagente:
Ocurre en París, en un estudio de televisión. -¿Usted se da cuenta de que es uno de los grandes escritores del siglo?, lo interrogan. -Es que este, evalúa Borges, ha sido un siglo muy mediocre.
Una mañana de octubre de 1967, Borges está al frente de su clase deliteratura inglesa.
Un estudiante entra y lo interrumpe para anunciar la muerte del Che Guevara y la inmediata suspensión de las clases para rendirle un homenaje .
Borges contesta que el homenaje seguramente puede esperar.
Clima tenso.
El estudiante insiste: Tiene que ser ahora y usted se va.
Borges no se resigna y grita:
-No me voy nada. Y si usted es tan guapo, venga a sacarme del escritorio.
El estudiante amenaza con cortar la luz.
-He tomado la precaución -retruca Borges- de ser ciego esperando este momento.
Una revista de actualidad reúne a Borges con el director técnico César Luis Menotti.
-'Qué raro, ¿no? Un hombre inteligente y se empeña en hablar de fútbol todo el tiempo', comenta Borges más tarde. ……………………………………………………………………………………………………….
En 1983, un periodista de La Nación pide a Borges su opinión sobre la Guerra de Malvinas.
-'Absurda', define Borges. 'Estoy triste, muy triste. Mandaron a esos pobres muchachos de veinte años a morir al sur’. Tener veinte años y pelear contra soldados veteranos es algo atroz, inconcebible. Solamente en el crucero General Belgrano murieron cientos.
Claro que los militares dirán que al lado de los desaparecidos esa cifra no es nada, pero no creo que les convenga ese argumento. No, no les va a convenir...
Borges y un escritor joven debaten sobre literatura y otros temas. El escritor joven le dice:
-Y bueno, en política no vamos a estar de acuerdo, maestro, porque yo soy peronista.
Borges contestó:
-¿Cómo queno?... Yo también soy ciego.
ESPERO LO HAYAN INTERPRETADO EN SU IRONÍA
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